13.6.11

Cataluña tenía un precio


El año pasado una mujer de Vigo compró el Sol. Bueno, en realidad no lo compró: le salió gratis. Dijo que el Sol era suyo, y a un notario primero le dio la risa y después (el notario) le dio la razón. Hasta aquí, todo claro. Pero tengo una pregunta: si la dueña del Sol es gallega, ¿el Sol también es gallego? ¿O la gallega es solar? Dicho de otro modo: ¿la nacionalidad de uno viene determinada por sus posesiones, o las posesiones adquieren la nacionalidad de su propietario?

Por ejemplo, si un señor compra Cataluña (en este caso no le saldría gratis), ¿se convertirá automáticamente en catalán? ¿O deformará el concepto de catalanidad de forma que pueda englobarlo a él, en tanto que propietario, pues de todos es sabido que qui paga mana?

Ser o no ser catalán, ésta es la cuestión (entre otras muchas) sobre la que se articula Una història catalana, espectacular espetec western de Jordi Casanovas y la compañía T6 que ahora mismo (y hasta el 26 de junio) se puede ver en el Teatre Nacional de Catalunya, valga la redundancia. También es la historia de un ascenso: desde las profundidades de la Mina hasta la terra alta del Pallars, dos territorios fronterizos que acabarán colisionando de manera contundente. Porque, aunque dicen que pagant Sant Pere canta, quien algo quiere algo le cuesta. Y, si bien es cierto que quien la sigue la consigue, no es menos cierto que acabará encontrando la horma de su zapato, o una aguja en un Pallars. Y qui la fa la paga. En resumen, que se puede armar la de Dios es Cristo, como tampoco podía ser de otra forma, tratándose de un western, con todas las de la ley, del autor de Wolfenstein y Sopar amb batalla (que no son Canción de cuna, precisamente).

Conclusión: que hay que verla, porque además los actores se salen, consiguiendo que el público se meta (en sentido figurado, que luego se meten conmigo por decir lo que no he dicho).



Y próximamente en la SalaFlyHard:

10.6.11

El toro por los dientes


El francés no hay por dónde cogerlo.

Por ejemplo, la cosa de los toros ha sido declarada Patrimoine Culturel Immatériel de l'Humanité. Yo siempre había creído que humanité quería decir humanidad, pero se ve que no. Se ve que en francés quiere decir lo contrario.



Otro ejemplo: la palabra email no significa correo electrónico, sino algo de los dientes (llámalo esmalte). Y el rouge no es rojo (como Russian Red, que tampoco es roja, y se sospecha que ni siquiera es rusa), porque el rojo es un color que no pega con los piños (ni el azul con los sugus de piña).

Sólo me ha quedado clara una cosa: si quiero sacar la pasta, lo mejor será no quitarle el precinto. Como está relacionado con el patrimonio cultural, seguro que me saco una pasta en Sotheby's.

(Vie Ariadna y Colorlili. Merci!)

8.6.11

La importancia del guión


Yo me quería hacer una web personal. Una web de esas a las que uno accede escribiendo su nombre personal, seguido de punto y com, o punto y es.

Pero primero debía sortear un escollo importante: si escribía www.albertoramos.com o www.albertoramos.es, accedía a páginas personales (muy personales) que nada tenían que ver con mi persona.

Desde luego, existían otras opciones, como las que me llegó a sugerir una web ignominiosa de cuyo nombre no quiero acordarme:



¿Qué podía hacer? ¿Aprovechar la campaña de Aquarius para cambiarme el nombre?

Pues sí, podía haberlo hecho, pero he acabado haciendo otra cosa. Una cosa mucho más sencilla y muchísimo más inteligente (lástima que ya estuviera inventada): he colocado un guión entre el nombre y el apellido. Tal que así: www.alberto-ramos.com.

Definitivamente, el guión marca la diferencia.



(Se puede pasar.)

3.6.11

Cuando haces autoestop ya no hay stop


El autoestop debe de ser muy adictivo. De hecho, una vez conocí a un hombre que lo había practicado por tierra, mar y aire. Sólo le faltó el espacio, medio favorito de Ford Prefect, coprotagonista de la Guía del autoestopista galáctico.

No voy a decir nada que no se haya dicho ya sobre la obra más famosa de Douglas Adams (no porque no pueda, sino porque ahora mismo no me apetece). Una obra con fans en todo el mundo y parte del Facebook:



Lo que más me gusta es el doble "me gusta" representado por el gesto universal del autoestop.