31.3.08

Marmota a la carta

Esta historia se construye alrededor de una carta.

Una carta, pero no de las de Juan Tamariz, sino de esas que te trae el cartero.

El cartero, por ejemplo, de Pablo Neruda.

Pablo Neruda era el seudónimo de un tal Neftalí.

Neftalí, leído con determinados acentos mediterráneos, sonaría como Naftalí.

Naftalí es un anciano que dedica parte de su jubilación a sobrellevar un blog.

Un blog mantenido en realidad por una joven que confiesa sentirse identificada con el protagonista de Atrapado en el tiempo, película dirigida por Harold Ramis.

Ramis es el apellido de Llucia, álter ego del álter ego del tal Naftalí y autora de una novela encarecidamente recomendable.

Una novela encarecidamente recomendable que se titula Coses que et passen a Barcelona quan tens 30 anys, pero que se podría haber titulado… qué sé yo.

Yo he empezado a fumar el penúltimo cigarrillo.

El penúltimo cigarrillo también es una constante en esta historia.

30.3.08

Procrastinación, amigo conductor

Dos verdades publicitarias al precio de una:

1. La publicidad es una profesión proclive a la procrastinación. Según James Webb Young, autor de Una técnica para producir ideas, el proceso creativo consta de cinco fases: la recogida de materia prima; la manipulación y elaboración de la misma; la incubación; el nacimiento de la idea (aka eureka); y el desarrollo de dicha idea. Pues bien, eso era antes; actualmente, no hay proceso creativo que se precie que no incluya una nueva etapa: la procrastinación. Aunque es fácil confundirla con la incubación, la procrastinación puede aparecer en cualquier parte del proceso; y no una, sino varias veces. De hecho, si el proceso del señor Young fuera un programa de televisión, la procrastinación sería los cortes publicitarios. Y con esto creo que ya está todo dicho. Y si me equivoco, echadle un vistazo a este vídeo, el cual lo deja bastante claro (bueno, lo dejaría mucho más claro si incluyera subtítulos):



2. La publicidad es una profesión proclive al encasillamiento. Pero no tanto al encasillamiento propio como al encasillamiento ajeno. Es decir: un mismo creativo puede estar compaginando la posproducción de un anuncio casposo para un anticaspa con la preproducción de un anuncio de cojones para unos condones; en cambio, ese mismo creativo jamás de los jamases se atrevería a rodar el anuncio de los condones con el mismo realizador que le acaba de rodar el anuncio del anticaspa.



Por cierto, los dos vídeos los ha realizado un tal Johnny Kelly (aunque la creatividad del segundo ha corrido a cargo de la agencia SCPF).

27.3.08

Juegos reunidos

Si China juega a ser olímpica, los dioses olímpicos juegan a los chinos.

A Zombi y Nata, respectivamente.

21.3.08

La pregunta del millón; bueno, de los cinco duros (de las antiguas pesetas)

¿Qué es lo máximo que has perdido a cara o cruz?

Cormac McCarthy y/o Joel & Ethan Coen,
No es país para viejos

Yo, un viaje al festival publicitario de Cannes de 1998. ¿Y vosotros?

17.3.08

La seducción



Dicen quienes saben de estas cosas que el mejor truco para ligar es hacer como que no se va a ligar. Que viene a ser algo parecido a pasar bajo las esfinges de La historia interminable, un poco como quien no quiere la cosa (en el libro, porque en la película era diferente; o tal vez no, tal vez la memoria me engañe y la noche me confunda).

O si no que se lo digan a los chicos de DDB Madrid, la agencia de publicidad anteriormente conocida como Tándem DDB Madrid, quienes (con la excusa de anunciar cupones de los ciegos) parieron la canción de las tapitas como una parodia de las canciones del verano de éxito instantáneo, la cual acabó convirtiéndose en canción del verano de éxito instantáneo. Al año siguiente intentaron repetir el ídem; como no podía ser de otra forma, no lo consiguieron.

O que se lo digan a los folloneros de El Terrat, que han logrado con un tal Rodolfo, y como quien no quiere la cosa, lo que no lograron con un tal Josmar, como quien sí quería la cosa; esto es: participar en el festival de Eurovisión a su pesar (a pesar del festival).

Llegado a este punto, sólo me falta poner los enlaces a los mencionados hits. Pero creo que paso. Total, estoy de vacaciones.

© VÍDEO: No conozco a los autores, pero la agencia es Ogilvy Argentina.

Monodosis

Hoy he ido a la farmacia a comprar lágrimas. O lágrima, en singular incontable (como agua, o leche, o ron). La farmacéutica ya me había entendido, pero me he visto en la necesidad de añadir artificial.

No hacía falta, pero por si acaso.

15.3.08

La cesura que no cesa

Una de las leyendas urbanas más extendidas es la que cuenta que hay mucha censura en la publicidad y que las mejores ideas se quedan en los cajones de los creativos. Esto es cierto a medias: las mejores ideas no se quedan en los cajones, sino en los discos duros; bueno, en los cajones también, pero si una idea es buena de verdad siempre te tomas la molestia de pasarla a limpio, aunque luego no la imprimas (la creatividad no está reñida con la ecología). En cualquier caso, lo de que hay censura es completamente cierto. De hecho, hay tanta censura que hasta se censura la palabra censura. Y es que, más que censura, hay cesura. Cesura por un tubo.

Cesura, como todo el mundo sabe, es la pausa que se hace en mitad de un verso. Con esto no pretendo equiparar a la publicidad con la poesía, ya que Bécquer jamás habría escrito "publicidad eres tú"; y si lo hizo, se acabó autocensurando. Lo que intento decir es que los locutores de los anuncios tienen la manía de hacer una pausa innecesaria en mitad del eslogan. Verbigracia: "Acme. Tararí (pausa) que te vi." ¿Por qué lo hacen? Porque no tienen tiempo.

Me explico: Nueve de cada diez anunciantes intentan dar la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible. Nueve de cada diez creativos intentan convencerles de que es imposible que quepa tanta información, y tratan por todos los medios de censurar a sus propios clientes. Nueve de cada diez veces no lo consiguen, pues nueve de cada diez locutores logran que quepa esa información. ¿Cómo lo hacen? No tengo ni idea, pero lo cierto es que lo hacen. Y no sólo eso, sino que encima van tan sobrados que se permiten hacer una pausa en mitad del eslogan.

Esto se tiene que acabar. En serio, la cesura tiene que cesar. Locutores del mundo, por favor, censúrense las cesuras. Nueve de cada diez creativos se lo agradecerán.

10.3.08

Sumaré y seguiré



Todos llevamos dentro un pequeño japonés, sobre todo desde que las cámaras son digitales y tal. Ese pequeño japonés, además, lleva incorporado un minúsculo Auggie Wren, quien a su vez lleva de serie un microscópico Heráclito, el cual se encarga de recordarle que fotografiamos y no fotografiamos la misma esquina de Brooklyn.

A falta de Brooklyn, bueno es el mirador que hay a la entrada de la estación de metro de Sumaré, en São Paulo.

La niña de Rajoy*



El próximo post prometo currármelo un poco más.

*

7.3.08

Acabo de descubrir la sopa de ajo (jardín tres delicias)

Por motivos que no estoy autorizado a revelar, ayer volví a ver un videoclip que tuvo sus minutos musicales de gloria allá por los años 90.

Si alguien ha sido tan imprudente como para enlazar a dicho vídeo, ya sabrá que se trata de la canción "Nirvana", de El Bosco. En efecto, tal era el nombre de la banda o artista que se ocultaba tras este (llamémosle) proyecto musical. Por supuesto, semejante denominación no pretendía homenajear al [ESPÓILER] malo de Tesis, sino a Jerónimo Bosch, pintor de obras casi tan "abizarradas" como el propio documento.

O eso creía. Quizás Bosco sólo sea el verdadero apellido del orquestador de todo esto, pero con el orden de las sílabas alterado.

Post postum. Google me acaba de mostrar que no he descubierto nada que no se supiera ya, lo cual me quita un tremendo peso de encima. Sólo espero que no me reclamen derechos de autor.

5.3.08

1.3.08

Las Camisetruchas (6): Resbalística



Balística pugilística

El boxeador está tendido en la lona.

En la lona del circo.

Con un hombre bala entre ceja y ceja.